La pseudo anonimización en internet provoca la emergencia de nuevos protagonistas en el mundo virtual. Así como en la vida real nuestros actos tienen consecuencias, lo mismo pasa en la red, aunque muchos piensen que detrás de las pantallas puedan expresar lo que se les antoje. Todo tiene un límite. Tu derecho termina donde empieza el de los otros.
Las pantallas no absuelven ni excusan manifestaciones que lesionen o menoscaben derechos a la honra, intimidad, reputación, imagen o dignidad de otras persona. Resulta lógico que así sea.
Los Haters y trolls, son sin dudas los villanos virtuales de esta nueva era. Están ahí merodeando en la red en busca de desacreditar, incomodar y en algunos casos, llegan a hostigar o acosar a quienes generan diversos contenidos en internet. La libertad de expresión pretende ser su escudo y bandera, pero no siempre puede ser del todo eficaz. Es común que por ignorancia o exacerbación de sus actos, terminen incurriendo en delitos o conductas pasibles de ser condenados civil y/ó penalmente por sus dichos.
Tanto el Código Penal, como el Código Civil de la Nación han previsto sanciones para estos comportamientos. No sólo los hace responsables a quienes los cometen, también, los obligan a reparar los daños causados de manera integral. Por ende, antes de comentar o publicar cualquier contenido, se debe considerar que lo que se pretenda expresar no vulnere derechos o intereses de terceros.
En Argentina existe un precedente que data de Febrero del 2018, donde una mujer fue condenada a realizar tareas comunitarias como consecuencia de comentarios esgrimidos en contra de una persona vía Twitter que lo denunció por calumnias e injurias. (Actuaciones Nº5270 (19740/2017) Tribunal oral en lo criminal y correccional Nº 22 de Capital Federal). Otro antecedente similar en nuestro país sucedió en la Provincia de Mendoza, en el marco de la causa “D. E. M. y P. A. c/ M. M. p/ Injurias”, por el juez del Tribunal Penal Colegiado N° 1, Expte Nº 20147 donde se dictó sentencia el 29/11/2018. En la causa, a través de la red social Facebook, la denunciada había publicado comentarios injuriantes de los denunciantes. Finalmente luego de una acción por calumnias e injurias, se condenó a la denunciada por la suma de $10.000 y la publicación por 7 días de la sentencia en la red social.
Aunque en otros países como España, esta problemática sea combatida con más intensidad que en nuestro país- donde existen delitos tipificados como el ciberacoso y delitos contra el odio- en nuestro país, se vislumbra un futuro promisorio. Antes del fallo mencionado, los insultos, exabruptos o persecuciones sucedidas en redes sociales solían no tener trascendencia alguna, fomentando de esta manera, a que cualquiera pudiera decir todo tipo barbaridades de otro sin tener ningún tipo de consecuencias jurídicas. La mayoría de estos casos en materia penal, hoy se enrolan en denuncias por calumnias e injurias o en amenazas, por la falta de existencia de un tipo penal específico que los contemple.
Aunque en otros países como España, esta problemática sea combatida con más intensidad que en nuestro país- donde existen delitos tipificados como el ciberacoso y delitos contra el odio- en nuestro país, se vislumbra un futuro promisorio. Antes del fallo mencionado, los insultos, exabruptos o persecuciones sucedidas en redes sociales solían no tener trascendencia alguna, fomentando de esta manera, a que cualquiera pudiera decir todo tipo barbaridades de otro sin tener ningún tipo de consecuencias jurídicas. La mayoría de estos casos en materia penal, hoy se enrolan en denuncias por calumnias e injurias o en amenazas, por la falta de existencia de un tipo penal específico que los contemple.
Para concluir, para ayudar a este pequeño avance de la jurisprudencia Argentina y en pos de colaborar en la erradicación de esta problemática, es importante la educación de todos, la concientización sobre el peso real de nuestras declaraciones en internet, y por último y no menos importante resulta imprescindible denunciar. Cuando sean víctimas de distintos abusos, de todo tipo de violencia o de acoso en internet se debe denunciar y asesorarse. Aunque no se sepa de dónde o de quién proviene la ofensa, existen herramientas y mecanismos para desenmascarar a los atacantes. De esta manera, se estará alentando a que los Jueces condenen más severamente estas conductas y todos podamos disfrutar de internet expresándonos libremente sin perjudicar a nadie.
Por Santiago Grigera
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